Llevar una vida sana se fundamenta en tres pilares básicos: alimentación, ejercicio y descanso. Y te vamos a proponer5 hábitos o cosas a hacer para empezar una vida sana. Muchas veces existe la intención de llevar una vida sana, pero no sabemos por dónde empezar. Cambiando o adquiriendo los hábitos que proponemos, se consigue encauzar una vida bastante saludable. Solo hay que proponérselo: 1. Bebe agua y limita el consumo de refrescos y alcohol: lo hemos comentado muchas veces en Vitónica. Uno de los grandes lastres de la dieta es la cantidad de calorías que bebemos. El agua debe ser la bebida principal y refrescos o alcohol bebidas esporádicas, a tomar de forma puntual durante la semana. Si somos capaces de asimilar este hábito, tenemos mucho ganado. 2. Frutas, verduras y hortalizas no deben faltar: no podemos pasar ni un solo día sin tomar alimentos de estos grupos. Son los que nos van a proporcionar gran parte de las vitaminas, minerales y fibra, nutrientes fundamentales para el normal desarrollo del organismo. Intenta que en cualquier comida principal haya al menos un alimento de cada grupo. 3. Haz ejercicio a diario: otro de los pilares fundamentales para llevar una vida sana. Aquí lo principal es escoger un deporte que te motive y te guste, para poder realizarlo a diario. Unos 30 minutos diarios de actividad física suponen un empujón enorme a tu salud. Y si un día no tienes tiempo, haz aunque sea 15 minutos de trote o ejercicios en casa: todo vale. 4. Olvídate del sedentarismo: subir escaleras, ir al trabajo anando o en bici, no pasarnos más de 30 minutos en el sofá…son pequeños gestos de la vida diaria que nos hacen menos sedentarios y más saludables. Evita todo lo que sea estar sentado sin hacer nada y sal a la calle a moverte. 5. Limita el consumo de sal y azúcares: ambos suelen estar muy presentes en la dieta. Hace poco la OMS disminuyó las recomendaciones de azúcar en la dieta. Para esto es muy importante conocer los alimentos, leer su etiquetado nutricional y saber qué cantidades de azúcar y sal comemos a diario. Un exceso de azúcar contribuye a la obesidad y un exceso de sal alimenta los procesos hipertensivos.