La comitiva encabezada por el alcalde Omar Vera, emprende la subida desde el camino La Pólvora. Sólo un camión con mercaderías puede pasar. Hay restricción vehicular para 6 dígitos y la autoridad policial es rígida; hay que caminar.
Los profesionales de la Dirección de Desarrollo Comunitario, los efectivos de la Defensa Civil, equipo de comunicaciones, autoridad y hasta un funcionario vestido de “Conejo de Pascua”, debemos comenzar un recorrido por si dificultoso y donde se respira la tragedia pero también la esperanza.
Es casi imposible creer lo que ven nuestros ojos, el fuego se llevo árboles, casas, sueños, pertenencia y muchas cosas más con voracidad y sin contemplaciones.
Ya luego vendrán las discusiones técnicas y eternas sobre la conveniencia de edificar aquí o allá, pero ahora es momento de solidaridad.
Miles son los voluntarios que se cruzan con nosotros en estos extensos caminos hoy vestidos de negro y un aire contaminado. La gente agradece el paso de la comitiva, con un gesto o una cansada sonrisa. No es la primera visita a Valparaíso después de tan grande tragedia. La verdad es que son muchas y siempre con nuestro alcalde en la primera fila. Apadrinamos, nosotros, San Antonio un cerro de los 42 de posee Valparaíso. Cerro Las Cañas, que así se llama, nos recibe como a viejos conocidos y comienza de inmediato el trabajo que no se ha abandonado desde el día cero. Asistentes, abogados, veterinarios y otros profesionales hacen su trabajo mientras nosotros retratamos el rostro de la tragedia.
A sido un día más en Valparaíso de trabajo intenso y sabemos que quedan muchos más. Estamos cansados, satisfechos, tristes e impactados, por el sufrimiento y la entereza de esta gente que habiéndolo perdido todo aún son capaces de entregar una sonrisa a sus amigos de San Antonio.