El Programa Calle de la Municipalidad de San Antonio encabeza una estrategia local orientada a recuperar alimentos descartados en ferias libres para destinarlos a personas en situación de calle. La iniciativa, que se ejecuta con apoyo de la Corporación Observatorio del Mercado Alimentario (Codema) y la feria mayorista ACOMA, forma parte del proyecto “Microbancos de Alimentos Saludables”, financiado por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia.
El modelo consiste en recolectar frutas y verduras que han perdido valor comercial por su apariencia, pero que se mantienen aptas para el consumo. La entrega se realiza una vez por semana gracias a la colaboración de locatarios del terminal hortofrutícola ACOMA. Los productos son distribuidos por funcionarios del Programa Calle en distintos puntos de la comuna, con foco en el comedor solidario de la Parroquia San Antonio de Padua.
“Esta es una acción que busca mejorar la calidad de vida de personas en situación de calle a través del acceso a una alimentación digna. No solo involucra a instituciones, sino también a actores locales que se han sumado de forma desinteresada”, señaló Janis Hernández, trabajadora social y gestora comunitaria del programa municipal.
Actualmente, los alimentos recuperados también se reparten en sectores calle y se proyecta su utilización en el nuevo albergue comunal que abrirá próximamente en el marco del Plan Protege Calle.
Desde Codema, su gestora territorial Anita Ortiz explicó que el programa Microbanco de Alimentos ya funciona en otras regiones y que la experiencia en San Antonio ha tenido buenos resultados. “Hemos realizado cinco jornadas de recolección y esperamos muchas más. La colaboración del equipo municipal ha sido clave para implementar este modelo con éxito”, indicó.
En ACOMA, la disposición de los locatarios ha sido destacada por los organizadores. “Muchos de los alimentos que antes desechábamos ahora pueden ser utilizados para preparar almuerzos, desayunos o incluso postres para personas que realmente lo necesitan. Para nosotros, como gremio, es un orgullo poder contribuir”, sostuvo Francisco Sáez, administrador del recinto.
Una de las colaboradoras voluntarias de la feria, Sonia Caroca, relató que su decisión de participar fue inmediata. “Cuando los jóvenes del programa me comentaron la idea, no lo dudé. Esta iniciativa me parece maravillosa, porque permite que alimentos que antes se botaban ahora sirvan para quienes más lo necesitan”, comentó.
El Programa Calle ha logrado consolidar una red de colaboración que no solo reduce el desperdicio de alimentos, sino que también refuerza la protección social local y el vínculo con la comunidad.